Existes diferentes ejemplos de estas actividades, pero he elegido estos tres como los más representativos. Los niños disfrutaron con esta experiencia. Es impresionante el cuidado y la tranquilidad que muestran cuando están concentrados en la realización de sus creaciones plásticas. Lo que más les llamó la atención fueron los recorridos que realizaban las gotas de pintura por la hoja cuando ellos la movían. Podían sentir que al ejercer ese movimiento ellos eran los responsables de su dibujo. Así que el rastro que dejó la pintura, era su propia huella de movimiento. Ese mismo movimiento se puede ver reflejado en su cuerpo, ya que tuvieron que aplicar en su postura, sus brazos, muñecas y manos una fuerza especial para provocar las siguientes imágenes.
La clase de Los Grillos usó el pincel para gotear la pintura líquida y mover la hoja, experimentado con las mezclas de colores.
La clase de Los Osos también utilizó el pincel y el resultado fue el siguiente:
Efectivamente, parece que ya vamos librándonos de los antiguos patrones de enseñanza y que buscamos una educación integral.
ResponderEliminarEnhorabuena, muy buen ejercicio plástico para los niños.
Saludos,
Javier Viejo